Ellos la violaron a ella, y la justicia nos acaba de violar a todas.

Probablemente la palabra que describe mi primera reacción ante la noticia principal del día es <<cabreo>>. Estaba cabreada pensando que a cinco energúmenos les ha salido bastante barato coger a una mujer -o casi niña-, meterla en un portal y violarla. Pero no sin antes haber creado un grupo en el que hablaban de utilizar burundanga para drogar a sus posibles víctimas porque «…después queremos violar todos»; cuando recuerdo esa frase siento ganas físicas de vomitar. Por si no era suficiente, la agresión fue grabada y compartida.

Pero por esto sólo te caen nueve años de cárcel, los cuales se quedan en siete, y puedes estar tranquilo porque probablemente ni siquiera cumplirás todos esos. Puedo ver en mi cabeza la sensación de victoria y el respiro de tranquilidad de esos… -creo que quiero ahorrarme los insultos- pensando en el golpe de suerte judicial que han tenido. Y, ¿Qué ha determinado esa suerte? Sencillo:

ELLOS APENAS VAN A TENER CONDENA PORQUE ELLA «NO SE RESISTIÓ». 

Puedo entrar en hacer eco de lo que todos hemos leído en internet, dos nombres: Diana y Nagore. Ellas sí son consideradas víctimas violación… víctimas mortales. Opusieron resistencia y la misma persona que decidió disponer de su intimidad sin preguntar también supo disponer de sus vidas Y SE LAS QUITÓ.

Hoy Sandra Sabatés ha hecho una reflexión magistral en El Intermedio, y básicamente podría resumirla con el siguiente dato: «Ante un atraco nos recomiendan que no opongamos resistencia, porque podría correr peligro nuestra vida». ¿Significa esto que si mi vida, mi integridad física,  psicológica y toda mi salud mental ya están siendo brutalmente agredidas debería resistirme con el fin de comprobar que en realidad no me apetece ser violada? ¿Significa eso que debería enfrentarme al agresor -¡o a los cinco agresores!- que son mayores que yo en tamaño, fuerza y edad? ¿Significa eso que el único testimonio que sirve para que se haga justicia en un juicio por violación es la ausencia de la víctima, porque el delito  le ha costado la vida? ¿ENSERIO ES ESTO LO QUE SE NECESITA? 

Y el paso definitivo para ser una víctima de violación creíble es que te hundas en una profunda depresión y que dejes que el trauma se apodere de tu vida, al nivel de no ser lícito que hagas un viaje con amigas después de ser agredida. O SEA, ADEMÁS DE HABER SIDO VIOLADA, DEBES AVERGONZARTE DE ELLO Y DEBES EMPEZAR A CONDUCIR TU VIDA ENTORNO A LA DESGRACIA, como cuando antes no sólo bastaba con haberte quedado viuda, sino que debías vestir de negro para demostrar tu pérdida toda la vida. O sino, «No lo habrá sentido tanto«.

Esta tarde sólo podía sentir dolor en el pecho, rabia e impotencia. Ahora, horas después, tengo una visión de todo esto, tengo un plan. Y también tengo una fuerza muy acrecentada para plantarme ante aquellas personas que supuestamente se encargan de impartir justicia pero que en realidad están pasando a formar parte de la agresión, porque voy a decir una cosa bien clara, y es que

ESOS CINCO ENERGÚMENOS VIOLARON A UNA CHICA, PERO LA DECISIÓN DE LOS JUECES ESTÁ ABUSANDO Y VIOLANDO BRUTALMENTE LOS DERECHOS HUMANOS DE CADA UNA DE LAS MUJERES SOBRE LA TIERRA, Y DE CADA UNO DE LOS HOMBRES QUE AMAN Y VALORAN A LAS MUJERES QUE HAY EN SUS VIDAS. 

Han hecho que lo que empezó como una agresión a una chica acabe convirtiéndose en una herida a masiva, porque hoy en las calles de España se sabe que en el juzgado hay jueces que protegen a los violadores, protegiéndoles bajo el eufemismo «abusador». 

Pero igual que he visto el desastre y la desesperación, hoy he visto la esperanza. La he visto en forma de concentraciones repartidas por el país. Nosotros no tenemos un mazo para dictar sentencia pero tenemos unas voces que hoy han clamado al cielo, todas unidas en masa ante la injusticia que no va a quedar impune en nuestras vidas. Por primera vez en la historia veo más cuerda a la sociedad que a las leyes, y he de decir que esto será lo que nos hará inventar con el esfuerzo y la hermandad de hombres y mujeres unidos contra el machismo que nos afecta a todos unas medidas judiciales más humanas. ESTO SÍ ERA EL VERDADERO PODER DE UNA MANADA QUE ACUDE EN GRUPO AL RESCATE DE UNA DE SUS MIEMBROS Y ACORRALA A QUIEN ESTÉ DISPUESTO A HACER PELIGRAR LA EXISTENCIA DE SU INTEGRIDAD. Contra el machismo todos seremos fieros de corazón y diremos NUNCA MÁS. Hoy lo he visto, os lo juro, no lo he soñado: EL MAÑANA HA LLEGADO, ESTAMOS UNIDOS EN CONTRA DE ESE MAL, Y VAMOS A SER INVENCIBLES. 

Gracias al cielo porque hemos entendido que ESTE PROBLEMA NO ES SÓLO DE LAS MUJERES, sino de la humanidad, Y AHORA TAMBIÉN TENEMOS A LOS HOMBRES MARAVILLOSOS A NUESTRO LADO EN ESTE CAMINO DE CONCIENCIACIÓN Y EMPATÍA.

Gracias porque cuando parecía que nos habían quitado la luz nosotros nos hemos convertido en ella y vamos a acabar iluminando el mundo.

Gracias porque, por el día de hoy, hemos visto que debemos aprender a defendernos, a levantar la voz, a educar a nuestros hijos e hijas en la igualdad, a no tolerar en absoluto las conductas de violencia de género en nuestros círculos íntimos y porque, al fin y al cabo, la mayor condena que puede recibir un humano es que su propia sociedad le castigue por lo que ha hecho y le obligue a evolucionar o apartarse. ME DA IGUAL CUÁNTO TIEMPO PASEN EN LA CÁRCEL, PORQUE SÉ QUE MI SOCIEDAD ESTÁ EN CAMINO DE IMPARTIR UNA JUSTICIA NO VIOLENTA POR SÍ MISMA.

Pediría por favor que no se vuelva a mencionar a estos cinco elementos como «La Manada», porque ningún animal se merece tal insulto.

Y también pido a todos los hombres que odiáis este tipo de abusos que lo manifestéis, lo compartáis en las redes sociales y, sobre todo, que lo profeséis en vuestra vida diaria. Sois tan importantes como nosotras en esta misión.

Querida amiga, las lobas y los lobos estamos contigo hasta el final. #LaManadaSomosNosotras y nosotros.

Ah y, señores jueces, Gracias por nada

Mil millones de besis de esperanza, -Ani.

31298765_1808305569228117_2035516540212876830_n.jpg

Comunicación: Lo que siempre debemos decir, lo que debemos aprender cómo decir y lo que no deberíamos decir nunca❤

¡Buenos, soleados y sabrosos días!

Después de la última entrada cursi -lo cual me encanta- que podréis encontrar en la página de inicio en el blog, hoy os traigo algo bien jugoso. ¿Por qué jugoso? Pues básicamente porque después de leer esta entrada tendréis mucha información nueva sobre inteligencia emocional a la cual podréis sacar mucho provecho al ponerla en práctica: LA LISTA DE LO QUE SE DEBE COMUNICAR, LO QUE SE DEBE COMUNICAR PERO SÓLO SABIENDO CÓMO Y LO QUE MÁS VALE QUE NUNCA COMUNIQUEMOS.

Sí, vamos a hablar de emociones y sentimientos, como siempre. Pero vamos a restar un poco de confusión al asunto, porque, ¿no os ha pasado que justo después de decir algo que teníais en la cabeza -y que os parece la mayor verdad del mundo- va y parece que habéis metido la pata? Se desencadenan discusiones, rencores, gritos… Y nos planteamos si no será que deberíamos callarnos lo que sentimos para ahorrar el drama.

Pues no, la mayor parte del tiempo, no hay que callarse. Pero este fenómeno sí que tiene un motivo, y es que cuando somos pequeños nos enseñan a hablar, pero no nos enseñan cómo hacerlo. Debido a la falta de educación emocional que hemos venido arrastrando hasta hoy día, nuestros familiares nos proporcionan con la mejor de las intenciones aquellas herramientas que sus educadores les proporcionaron a ellos. Sin embargo, nunca es tarde para aprender cosas nuevas, ni para nuestros padres, abuelos, primos, tíos… ni para nosotros.

Hay emociones/sentimientos que cuando los transmitimos es como si hubiésemos echado un puñado de semillas a un campo muy fértil y casi al instante ya podemos ver los frutos y las flores, o en este caso las sonrisas, el agradecimiento y la concordia que crean a nuestro alrededor. Después, los hay que tal vez no son los más positivos del mundo, pero hemos de aprender cómo transmitirlos para conseguir unas relaciones más veraces, conectadas y sinceras. Y por último está lo que jamás deberíamos transmitir bajo ninguna circunstancia si es que queremos conseguir algo bueno a nuestro alrededor. ¿Estáis listos? Vamos allá:

1- AQUELLO QUE SIEMPRE MERECE LA PENA TRANSMITIR:

¡Cumplidos, halagos, gratitud, positividad, buenos deseos! Todas estas cosas son como una brisa de aire fresquito en un día calurosísimo de verano. Todo lo que podemos conseguir al dar gracias por las cosas que alguien aporta a nuestra vida es eso precisamente: ¡más vida, sentirnos más vivos! Una sonrisa a tiempo, un «me alegra muchísimo verte», un abrazo sincero… No sé si mientras lo leéis os pasa pero a mí de escribirlo se me está llenando el pecho de buen rollo.

En muchas terapias se aprende la forma de transmitir los sentimientos negativos de forma eficiente y productiva (lo cual vamos a ver en el siguiente apartado), y las personas solemos tener una necesidad bastante grande de expresar aquello que nos desagrada o nos hace infelices. Sin embargo uno entiende que transmitir lo positivo puede ser mucho más curativo que casi ninguna conversación seria. ¿Quieres mucho a alguien pero sientes que vuestra relación se ha deteriorado? ¡Mándale un mensaje con el corazón en las manos y dile exactamente cómo te sientes! Algo así como «Te escribo para decirte que siento mucho que estemos así, y que te quiero, que todo lo que aportas a mi vida es muy importante y que tengo ganas de que nos sintamos mejor. ¿Quieres que nos veamos para charlar?», y os aseguro que a uno se le derrite el corazón aunque se le hubiese congelado con palabras como estas.

¿Habéis conocido alguna vez a alguien que hable y transmita sus sentimientos, que exprese claramente el amor, la felicidad, la gratitud…? Hablar con alguien así es una inyección de vida, de dulzura. Es la mejor forma de comprobar que el mundo no es tan hostil, sino que sólo necesita más corazón.

Para saber qué es aquello que siempre debemos decir, sólo necesitáis preguntaros: ¿Qué me hace feliz que me digan? Necesitamos aumentar la conciencia en nosotros mismos y nuestras propias necesidades, y sólo así comprenderemos cómo les gustaría a las personas de nuestro alrededor que las tratemos. Tal vez pueda haber mucho dolor acumulado en un corazón, pero en cuanto el amor empiece a entrar por la puerta el resentimiento tendrá que empezar a salir por la ventana.

2- AQUELLO QUE MERECE LA PENA TRANSMITIR CUANDO APRENDEMOS CÓMO:

El miedo, la inseguridad, el resentimiento, el desacuerdo… el propio sufrimiento en sí.

Tal y como os explicaba, hay veces en que no todo lo que uno siente en las relaciones con los demás es positivo, pero sí que es crucial aprender a transmitirlo de forma correcta por dos motivos. En primer lugar, si lo transmitimos de forma incorrecta -con ira, resentimiento, con acusaciones…- probablemente la conversación se convertirá en una guerra, en la cual ambos lados estarán intentando defenderse, los unos porque queremos transmitir lo que sentimos y los otros porque se sentirán atacados, y yo no he visto ninguna guerra hasta el día de hoy en que los enemigos se abrazaran; y en segundo lugar, porque la opción de no transmitirlo es un error garrafal. Dice Freud -padre del psicoanálisis- que «Las emociones no expresadas no mueren, sino que están enterradas vivas y aparecerán de nuevo más tarde, con formas mucho más feas». O sea, que para mantener una relación sana no nos queda otra que aprender a expresar de forma constructiva aquello que nos hace daño o de lo contrario crearemos distancia, desconfianza, más resentimiento… Todos hemos vivido eso de saber que la persona a la que tenemos al lado le pasa algo con nosotros y sin embargo no dice ni palabra, sólo actúa condescendientemente.

En resumen, cuando nos sentimos inseguros, con miedo, resentidos… Todo esto nos hace vulnerables. Lo que necesitamos es abrazar esa vulnerabilidad y abrirnos a que aquellos a quienes queremos la vean, para no crear barreras innecesarias que impidan el acercamiento. Una persona que nunca tiene «debilidades» es una persona que crea un halo de frialdad a su alrededor. Y muchas veces, con la intención de que nadie se de cuenta de que estamos sufriendo o por la propia preocupación de que se nos desprecie por sufrir, convertimos esas emociones en rabia, ira, enfado… Y el conflicto está servido.

¡Ábrete, di cómo te sientes desde el corazón! Es la única forma de poder estar conectado profundamente a los demás y crear relaciones de ayuda y cooperación. Y si necesitas llorar, hazlo. (Si tenéis problemas con este punto siempre podéis escribirme o contactar conmigo y hablamos al respecto, o puedo escribir una entrada, ¡sólo decidme!)

3- LO QUE NUNCA MERECE LA PENA EXPRESAR:

Asco, ira, desprecio, comentarios despectivos… agresiones de cualquier tipo.

Este punto requiere una aclaración como matiz: no es que debamos reprimirnos cuando sentimos estos puntos negativos, pero es algo que no debemos arrojar hacia la persona implicada si queremos seguir manteniendo una relación con ella. Más vale encontrar una forma de canalizarlo sanamente y transformarlo por el daño que nos ocasiona a nosotros y a los demás.

Todos hemos llegado a un punto en que estamos fuera de control y hacemos y decimos cosas de las que más tarde nos arrepentimos y mucho. ¿Cómo podemos hacer para que esto se minimice? En este caso utilizaremos aquello de que «una retirada a tiempo es una derrota». Más vale terminar con la conversación, abandonar la habitación o taparnos la cara y gritar en un cojín antes de insultar, herir o hacer sentir a la persona que tenemos delante que es el último ser en la tierra a quien prestaríamos nuestra comprensión.

En el libro Los hombres son de Marte, las mujeres de Venus, John Gray explica que cada discusión en la que nos faltamos al respeto, nos gritamos, nos despreciamos… es como un gota a gota que va cayendo en un vaso, y ese vaso no suele ser muy grande. Lo cual significa que en la mayoría de las ocasiones sólo nos hace falta una de esas discusiones para ocasionarnos a nosotros y a los demás un daño enorme. Insultarnos o agredirnos es abrir una grieta en la confianza y la unidad. No debemos dejarnos llevar por ese comportamiento que parece abundar en el cual nos tratamos como basura pero aún así al día siguiente supuestamente todo se habrá olvidado. Si nos concentramos y miramos bien dentro de nuestro fondo, en nuestro propio corazón podremos ver muchas pequeñas cicatrices del pasado que se originaron así, e incluso heridas que todavía sangran de la última vez que uno de esos detalles o palabras nos hicieron sentir que esa persona a la cual tanto amamos nos despreció o no nos tuvo en cuenta. (Una vez más, me reitero: si tenéis problemas con esto, estoy disponible tanto para charlar como para dedicarle una entrada más).

Así que este es mi mensaje de hoy: necesitamos aprender a decir mucho más todo aquello que nos hace felices, que nos encanta, hablar con pasión, con dulzura, ¡alegría!; necesitamos aprender a ser vulnerables con aquellos a quienes queremos y entender también la de ellos, y así ser capaces de tendernos mutuamente la mano, apoyarnos y crear así lazos fuertes que hagan este mundo un lugar más bonito; y por último, necesitamos observar con comprensión nuestras pérdidas de control, aprender que nadie debería sufrirlas y canalizarlas para convertirlas en una oportunidad para mejorar.

Los seres humanos somos increíbles, y tenemos una cosa en común en todas las partes del mundo: bajo cualquier circunstancia, LO ÚNICO QUE SIEMPRE NOS GUSTA RECIBIR ES AMOR, COMPRENSIÓN, APOYO. No me digáis que no dan ganas de aprender a proporcionarlo.

Os mando un abrazo gigante de amor y os recuerdo que somos muchos, y que siempre hay alguien dispuesto a ayudarnos alrededor. ¡Mil besis de fresi! 💙💚💛

IMG_0152

 

 

 

 

Cuando el pasado te hace la zancadilla: sobre las reacciones nocivas difíciles de controlar y cómo superarlas 🌸

 

Vengo observándome hace un tiempo y, para mi sorpresa, he encontrado un montón de inseguridades en mí misma que hasta la fecha no había sentido que me molestasen tanto. Al principio me preguntaba si sería que son nuevas, si acaban de aparecer y por eso nunca antes se habían manifestado; ahora tengo claro que llevan conmigo desde hace muchísimos años, pero probablemente las tenía tan integradas que ni siquiera era capaz de ser consciente de ellas, así que me controlaban. Para mí era normal vivir con ellas. Sin embargo, como crezco cada día, cada día voy encontrando viejos patrones negativos que ya no pegan con mi nueva forma de vivir.

Supongo que probablemente os habéis sentido algo identificados con esto de tener inseguridades que vienen del pasado, las cuales os hacen tener reacciones reflejo y os crean situaciones dolorosas en el presente a menudo, pero es posible que no sepáis cómo sucede. Pues aquí vengo con mucho amor y mucha emoción a explicároslo:

Hay una parte de nuestra mente que recoge información sobre el medio externo y sobre las personas que nos acompañan, y en base a ella crea nuestra realidad. Lo cual significa que si esa parte de nosotros recibe estímulos dañinos -lo cual muchas veces es inevitable porque vivimos en un mundo imperfecto y a nuestro alrededor los demás tratan de hacerlo lo mejor posible- acabará reaccionando de formas dañinas, y lo más importante: automatizará esas respuestas. Por ejemplo, podemos caer en el conflicto constante con algunas personas o situaciones, y si no conocemos esta información que ahora os cuento, es muy difícil salir de ese círculo vicioso.

A medida que pasa el tiempo, crecemos físicamente y solemos creer que lo que vivimos en el pasado ya no tiene importancia, porque ya no somos los mismos, creemos que las personas maduramos y que acaba por pasarse página. Pero lo cierto es que a pesar de que el tiempo pasa y sí cambiamos a un nivel más superficial de pensamiento (Mente consciente), la parte de nosotros que alberga toda esta información aprendida en el pasado que venimos nombrando y que se encarga de nuestras reacciones automáticas (Mente subconsciente/inconsciente) necesita que trabajemos con ella directamente para cambiarla de verdad. Es por eso que podemos ver a alguien crecer, cambiar, cumplir los cincuenta… pero siguen cargando con heridas del pasado, lo cual es muy humano.

Profundicemos un poco más en las dos partes de nuestra mente que intervienen en este proceso:

Mente consciente: Aquella con la cual convivimos más directamente, por la que transcurren nuestros pensamientos, mediante la que analizamos, nos permite ser creativos… La mente que «escuchas» todo el tiempo, con la cual razonas.

Mente subconsciente: es reactiva. Se limita a responder a los impulsos externos que recibe de forma automatizada, y ese automatismo viene determinado por el aprendizaje anterior . Es una gran aliada en los hábitos diarios -nos ayuda a poder montar en bicicleta, conducir, lavarnos los dientes, sin necesitar centrarnos en cada paso del proceso-, ya que no analiza nada. Sin embargo esto puede ser un problema, ya que esta parte de nuestra mente no sólo crea hábitos diarios, sino que también los crea conductual y emocionalmente.

Esto sucede mediante el almacenamiento de vivencias y la interpretación que les damos en ese momento: si es negativa, tendremos respuestas negativas de igual forma. O sea, que cuando nos ponemos gallitos de un momento para otro ante determinadas situaciones o personas, es porque nuestra mente subconsciente tiene establecido que ha de reaccionar de esta forma ante ese agente externo determinado. Y lo mismo pasa cuando sentimos de manera irremediable la vergüenza, la culpa, la ofensa… En nuestra cabeza está establecido que X situación/persona nos llevan a X reacción emocional o incluso física. Sentimos que es casi imposible controlarlo y no es de extrañar: mientras la mente consciente tiene una media de 40 impulsos nerviosos por segundo, la subconsciente tiene una media de 20.000, lo cual significa que para cuando nos damos cuenta de que no queremos encender un fuego ya hemos calcinado un bosque. No somos tan dueños de esta parte de nosotros como solemos creer, y por eso precisamente solemos castigarnos por ello a posteriori sin saber lo difícil que es parar las reacciones que de aquí provienen.

Sin embargo, traigo una buena noticia: el subconsciente puede moldearse, lo cual significa que podemos llegar a librarnos de esas respuestas automáticas que a veces nos complican la existencia. Los ingredientes para conseguirlo son paciencia, consciencia, dedicación y verdadera voluntad. Los caminos ya establecidos en nuestra conducta -o sea, lo aprendido en nuestro subconsciente- pueden ser a veces bastante resistentes, dependiendo de lo profunda que sea la herida; sin embargo, todo se facilita cuando nos damos cuenta de que realmente hemos de mejorar eso en nosotros mismos, cueste lo que cueste. Hay veces en que actuamos de forma nociva durante mucho tiempo. Eso suele ocurrir por un motivo: si nuestro subconsciente está muy contaminado puede llevarnos a caminos que preferiríamos haber evitado si hubiese estado en nuestras manos. Sin embargo puede llegar el punto en que digamos YA BASTA, decidamos abrazar nuestras dificultades y nos pongamos a trabajar por que nuestro futuro no esté condicionado por nuestro pasado.

Es importante que sepamos que si hemos pasado diez años acostumbrados a tener un temperamento o unas reacciones concretas, vamos a necesitar paciencia y comprensión con nosotros mismos para conseguir que eso acabe cambiando y tengamos una actitud más sana para con lo que solía hacernos daño, pero merece la pena. Definitivamente el crecimiento personal es un objetivo maravilloso al cual dedicar nuestra vida. Solemos enfocarnos mucho en la realización laboral, pero el primer mundo que habitamos es nuestro propio cuerpo y por tanto nuestras propias emociones, así que lo primero es siempre hacer de ello un bonito sitio en que vivir. No importa cuánto dinero ganes en tu trabajo o cuán bonita sea tu casa: si la mente y el corazón no están bien, todo se teñirá de un color gris.

Hay algunos puntos que pueden entorpecer nuestro progreso, como son: la ansiedad (la cual tratamos mediante la meditación, el yoga, el mindfulness y la autocompasión), la falta de convencimiento sobre el por qué uno debería o no esforzarse por mejorar o la convicción de que es imposible conseguirlo. Creo que realmente estos son principales problemas a la hora de superarnos.

Efectivamente es crucial que encontremos alguna fuente de apoyo, desde una amiga/o con quien contar y que nos ayude a recordar por qué comenzamos y que somos capaces de conseguirlo, hasta por supuesto nuestra familia, lo cual suele ser muy beneficioso cuando el entorno de conflicto es el hogar: una familia unida y decidida a abrazar sus diferencias tiene un poder enorme. Sin embargo, no es en absoluto imprescindible. En caso de que nos cuente encontrar a alguien que entienda nuestro objetivo, la magia puede conseguirse sólo con el apoyo del terapeuta y la voluntad del paciente, pero siempre solemos tener alguien alrededor que confía en nosotros y cree en nuestro progreso.

Si todos supiésemos cuánta capacidad tenemos para cambiar nuestra propia vida interior y cuánta paz y felicidad nos puede reportar, no dudaríamos en empezar.

El problema es que en muchos casos ni siquiera lo sospechamos. Desgraciadamente se sigue hablando poco de las posibilidades y el cambio que se puede experimentar para muchísimo mejor cuando uno recibe las herramientas adecuadas. Pero yo no me pienso rendir. Tal como vi cambiar mi vida estoy decidida a seguir compartiendo la experiencia y la información necesarias para que tantas personas que lo necesitamos no nos olvidemos de que no somos esclavos de nuestra parte difícil, oscura, herida… sino que hay una oportunidad cada segundo de que nos convirtamos en la mejor versión de nosotros mismos. 

Os mando mucho amor, y como siempre, os animo a que me escribáis con cualquier duda que tengáis, porque el mundo es más bonito y más sencillo cuando nos ayudamos los unos a los otros.💚💛

Un millón de besis de fresi 🍓, espero que hayáis disfrutado de conocer vuestras nuevas posibilidades

Ani 💫

ANAIS + SILA_053

Era una mujer salvaje.

«Entendí entonces que no tenía necesidad alguna de definirse ni promocionarse, que lo único que hacía era seguir riendo desde lo más profundo del estómago, aprendiendo desde el punto más remoto de su mente, experimentando y creciendo en su alma y queriendo con el corazón en llamas, como si fuese su último día en la tierra. Ese era su secreto: te hacía sentir la vida como si la estuvieses lamiendo, como si te la estuvieses comiendo a bocados, y es que es difícil encontrar tanta profundidad en un solo cuerpo, uno tan pequeño. Aunque más difícil es ver tanta pureza en un corazón. De hecho para vivir pegado a una locura como la suya más vale ir desnudo de miedos, cargado de valor y con el amor más suave preparado entre las manos, que funcione como analgésico, droga, refugio y libertad.

Dicen que los corazones salvajes no pueden ser domados  y a  ella, o la cazas con dulzura, o se te escapa para siempre.»

 

Comunicación efectiva, la que ayuda a estar Juntos y poner fin a la distancia /Pareja.

Ayer comentaba con mi chico  la importancia de la comunicación en las relaciones cuando le mencioné el caso de uno de mis mejores amigos, que está conociendo a alguien. Todo iba bien hasta que llegó ese momento en que los mensajes se vuelven inconstantes, fríos o incluso huidizos, y a mi amigo le saltaron las alarmas como le habría pasado a cualquiera: «¿Es que ya no le gusto?», se preguntaba.

Hemos cogido una costumbre extraña: a pesar de que a todos nos preocupa el tema de cómo nos responde la persona que nos gusta en el móvil, hemos empezado a despreciar esa misma preocupación que nos nace sola. Es cierto que los móviles no son un elemento tan importante, sin embargo lo que deberíamos recordar es que al otro lado hay alguien que nos importa, que tal vez nos está haciendo una pregunta cualquiera, o tal vez nos está diciendo que nos quiere. El móvil o el WhatsApp dejan de ser elementos frívolos si nos sirven para hacerle llegar a alguien un «Puedes contar conmigo».

Cuando transmitía mi frustración por este mismo tema a Julio hace unos días-con el caso de otra de mis mejores amigas-, él me dijo -muy coherentemente- que pensaba que es normal que a veces no siempre queramos tener el teléfono en la mano, que la pareja de mi amiga en ese caso podría tener algo de razón. Y era cierto. Lo que creo que Julio no sabía es que yo nunca me he sentido ignorada o ninguneada por él, ni siquiera cuando ha estado ocupado. Y surgía una pregunta en mi interior: Si yo puedo estar totalmente tranquila con una ausencia de mensajes y atención puntual, ¿por qué mi amiga no podía? ¿Cuál es el punto que convierte la ausencia de mensajes -o de otros detalles  sin importancia- en motivo de conflicto?

 

La diferencia radica, sobre todo, en el tipo de relación que se establece. En el primer caso que os cuento, hay una falta de confianza, puesto que todavía no se ha construido el pilar que puede conllevar el pensamiento de «No pasa nada, si no responde es que en este momento no podrá y lo hará cuando tenga un momentito»; en el segundo caso, hay una especie de inestabilidad establecida, ya que hay un rol viciado en el cual hay un intento de acercamiento por parte de uno de los miembros de la pareja y este hace que el otro miembro de la pareja tienda a huir. Pero, decidme: Si se supone que cuando estamos en pareja estamos «juntos», ¿Qué efecto creéis que causará el hecho de crear distancia entre la persona a la que quiero y yo? Lo que está distanciado, difícilmente está junto. Eso es lo que yo trataba de explicarle a Julio: es la confianza, la sensación de disponibilidad. Yo sé que siempre está y estaría si le necesito (Te quiero, babe), pero en los casos en que esa seguridad falta, las cosas se complican.

Este post viene a cuento de que quiero hablaros principalmente de la comunicación. Pero no de la comunicación en plan «nos sentamos y nos contamos cosas superficiales creyendo que eso es confianza«; no, no, esa pocas veces sirve para sanar realmente las relaciones. Os voy a hablar de comunicar cosas que nos dan vergüenza, nuestros miedos más ridículos, algo así como  «Esta mañana cuando han pasado cuatro horas hasta que me has contestado, me he sentido mal, y creo que eso significa que estoy insegura respecto a algo, creo que necesito que hablemos». ¿Os suena a chino o incluso se os ha cerrado un poco el estómago al pensar en hablar de forma tan real de vuestros sentimientos? Eso pretendía. Ahora veamos de qué se trata y por qué deberíamos hacerlo:

  • Hablar de forma directa suele impactar, incluso aunque lleves mucho tiempo comunicándote de esa manera. Cuando yo tengo que expresar mi inseguridad me vuelvo muy vulnerable. En ese momento me da miedo estar un poco loca por sentirme como me siento, o me gustaría más mostrarme más segura, menos frágil.

Y no soy la única a la que le pasa esto. Cuando comunicamos inseguridades estamos enseñando directamente nuestra vulnerabilidad, como desnudarnos delante de alguien sin saber si va a apreciar nuestra belleza tal y como es, imperfecta, o si va a estar fijándose en todos nuestros defectos y va a acabar por alejarse de nosotros: da miedo. Por eso es crucial que nos sintamos seguros y comprendidos.

Hay personas, de hecho, que temen tanto mostrar sus sentimientos y ser rechazados o juzgados que directamente no los muestran, o si lo hacen es mediante el reproche, los gritos, acciones un tanto violentas… No podemos culparles, puesto que tienen -consciente o inconscientemente- la percepción de que si muestran realmente sus debilidades el otro va a aprovecharse de ellas o despreciarlas, entonces es lógico que quieran ponerse una coraza de hostilidad en estos casos. Lo que sí puedo deciros es que esas corazas crean distancia… y la distancia no ayuda a que uno se sienta mejor o más querido; o sea que si hay dos caminos, ellos sin darse cuenta están andando en el camino equivocado. Pero todos podemos cambiar de camino con sólo querer trabajar en ello.

Un hecho a tener en cuenta con respecto a todo esto es que hemos de aprender a observar nuestro propio comportamiento y reacciones, porque si no nos damos cuenta de ciertas cosas, siempre acabaremos creando conflictos. Aquí os voy a explicar algunas claves imprescindibles:

#1: COMUNICAR MIS SENTIMIENTOS ES MI RESPONSABILIDAD, MI PAREJA NO ES ADIVINA/ADIVINO:

Típica situación: Una amiga sentada y despotricando sobre lo que le ha pasado con su pareja esa mañana o el día anterior. Y entonces yo le pregunto: Oye, ¿y le has explicado cómo te sientes? Y ahí es cuando me ponen cara de póker. Y muchas veces pasa por el contexto de que mi amigo/amiga quería la ayuda de su pareja y no han ido y le han dicho «Ayúdame con esto, por favor», o cosas muy parecidas, pequeños detalles que podrían ahorrar tanto malestar.

Cuando esperamos a que el otro adivine que algo nos ha sentado mal sólo creamos un nido de frustración y resentimiento, sobre todo porque la mayor parte  de las veces ni siquiera habrá sido intencionado. De hecho, si nos dedicamos a alimentar ese malestar hablando de él todo el tiempo en vez de hablarlo directamente con nuestra pareja, las consecuencias pueden ser catastróficas.

#2: MI ENFADO ES RESPONSABILIDAD MÍA, NO DEL OTRO:

Con esto quiero decir que cuando yo me ofusco por algo, no puedo ir con toda la rabia, la frustración y la violencia a descargarla en él o ella. El enfado es un indicador de a qué cosas debemos prestar atención. Sin embargo, no es un buen consejero a la hora de actuar, puesto que crea esa Distancia (la otra persona, si siente que vamos a juzgarle y atacarle, tenderá a defenderse y alejarse) que tan poco nos conviene si lo que queremos estar es Juntos. AQUÍ OS DEJO UN POST MUY ÚTIL QUE ESCRIBÍ AL RESPECTO, CÓMO ENTENDERLO Y QUÉ HACER CON ÉL. –> (Parece que nos han enseñado y hemos aprendido que es como una pelota de balón prisionero: cuando lo recibes tienes que lanzárselo a quien tengas en el campo de enfrente creyendo que eso te liberará del sufrimiento. ¡Qué mentira, colega!)

#3: CUENTA CON TU PAREJA PARA ALIVIAR EL DOLOR:

Tal y como dice la filosofía bajo la que vivo -que es bastante budista- todos los seres humanos sufrimos. Con sufrir se refiere a desde ir agobiado porque tienes demasiado que hacer hasta tener un profundo dolor por una preocupación personal.

Dando por hecho esto, debemos poder recurrir a nuestra pareja para sentir alivio de las cosas que suceden en nuestra vida cada día. Los fóbicos al compromiso o las personas que tengan sobrevalorada la individualidad sufrirán una pequeña sacudida al leer esto.

Sin embargo, resulta que el sufrimiento y el apoyo en los momentos difíciles son lo que forja gran parte de las relaciones más fuertes. Yo siempre pongo los mismos ejemplos: Salir de fiesta es muy divertido, pero amigo de verdad es aquel con quien puedes llorar, mostrarte tal y como eres. Pues bien, os animo a que empecéis a ver vuestra relación como un hogar en el que refugiaros y disfrutar del calor y la comprensión. Debéis poder sentiros como cuando llegáis a casa, os ponéis el pijama, las zapatillas y estáis seguros de que nada ni nadie os va a juzgar por ello. Ser valiente es maravilloso, pero poder dejar de serlo con alguien que te abraza y te comprende es un alivio que no tiene precio.

No os alejéis cuando estéis vulnerables. Ya sea porque la pareja os ha herido o porque hay algo en vuestro interior que os está haciendo pasar por un momento difícil, no os alejéis. Id y decidle cuándo y cuánto le necesitáis si es que estáis sufriendo. Os daréis cuenta de que la seguridad de que podéis contar el uno con el otro os da una fuerza y una independencia muy paradójicas. 

Para ir terminando, querría nombrar dos hechos que me parece que hay que tener en cuenta ya que son indicativos de que algo no va muy bien:

Primero, ese momento en que nos molestan cosas muy pequeñas, insignificantes, cuando cada pequeño detalle nos hace sentir irritación. Eso es signo que de que hay algo que requiere nuestra atención, de que tal vez necesitemos un poco de tiempo invertido en la escucha y la comprensión. Una vez hayamos descubierto qué nos tiene tan fastidiados, lo mejor será encontrar la forma colaborativa de comunicarlo. Sobre todo hemos de procurar no acusar al otro sino expresarle nuestra necesidad de que nos comprenda y haga sentir aliviados.

El segundo es cuando empiezas a sentir que ambas partes estáis haciendo cosas para perjudicar un poco al otro, molestarle, irritarle… A veces convertimos cada palabra en un pulso. Cuando llega ese punto es el momento perfecto para reflexionar de verdad y más tarde ocupar unas horas en charlar y contarse cuáles son las cosas que preocupan o frustran a cada uno. Y como recomendación personal, una vez hayáis llegado a una actitud mejor, haced algo divertido juntos y disfrutad de la suerte de teneros.

Decidme, ¿se puede esperar que crezca una planta sin darle agua? Probad a mirarla fijamente con resentimiento, o a criticarla mentalmente. Os vais a acabar dando cuenta de que, si en vez de regarla hacéis eso, hoy se le secará un poco la tierra; si mantenéis esta actitud una semana, probablemente morirá sin más. Pues bien, las relaciones son exactamente igual. Si quieres cariño no intentes cultivarlo con la discordia.

Es difícil comunicarse bien porque depende de dos. No sirve con que tú sepas cómo hacerlo, sino que necesitas que la otra persona también sepa, o al menos esté interesada en que le cuentes cómo se hace. Honestamente, recomiendo que os leáis libros al respecto, o busquéis vídeos en YouTube… lo que sea, pero informaros. En caso de que des con alguien que no está dispuesto a utilizar una comunicación eficiente, lo único que puedo decirte es que probablemente huirá cuando tú sí lo hagas, y en realidad casi será lo más sano para ti: no todas las personas saben lo que es o están preparadas para manejarla. Para que haya comunicación ha de haber un entendimiento, y si alguien no puede tratar de entenderte, esa relación no podía llegar muy lejos.

Es muy curioso, porque hay muchas cosas que pueden ir en declive y no conllevar un gran malestar para nosotros los humanos, pero por el motivo que sea -uno profundo según mi filosofía y mi punto de vista- nos gusta estar enamorados. Y digamos lo que digamos, queremos que salga bien; incluso cuando no sabemos si puede ser, lo queremos. O sea que igual ya es hora de buscar una forma de que así sea y no conformarnos con esa aparente tendencia que se sigue últimamente a que las cosas se creen y se rompan como si nada. Hay muchísimas formas de hacer que nuestra vida personal no sea un constante nido de dudas e incomprensión y hacer que se parezca más a lo que nuestro corazón nos dice que debería ser.

Si significa algo para ti, ¡lucha por ello!

Os quiero. Y quereros mucho entre vosotros, porfa 💞 Besis de fresi,

-Ani .

IMG_0230

 

 

 

 

 

 

 

 

Tal vez muera mañana 🌱

  • POR FAVOR ABSTENTEROS DE LEERLO SI SIENTÍS UNA ANSIEDAD CONSIDERABLE CON RESPECTO A LA MUERTE. Y si os descubrís teniendo pensamientos depresivos (Como por ejemplo que la muerte sería un alivio para vosotros o cualquier cosa parecida) no dudéis en hablar conmigo o con quien sea, pero pedid ayuda, no estáis solos 🌳💙

Venía paseando con Sila -mi husky siberiana, el amor de mi vida- por el río, tal vez con alguna preocupación en la cabeza. Pero entonces me ha dado el sol en la cara, la he visto con la lengua fuera y disfrutando de ir de aquí para allá y he pensado: «A la mierda. Si muero mañana, seré feliz de haber estado haciendo esto hoy». Así que os traigo una entrada clave. Este es un tema que ya he tratado alguna vez en el blog pero por pura lógica humana tendemos a olvidarlo, así que aprovecho para repasar:

Sigue leyendo «Tal vez muera mañana 🌱»

¿Qué significa vivir «consciente» y sin «ego»?

Me encuentro muchas veces con que, a pesar de que he leído mucho sobre él y lo he visto y experimentado en mi propia existencia, me cuesta explicar qué es eso a lo que llamamos ego. Sin embargo creo que esta vez seré capaz de hacerlo.

El ego es tu personalidad, o mejor dicho, tu personaje en el mundo mental, aquello que se ha creado con el tiempo, las circunstancias, tus propias creencias. Tu ego es aquello que hay en ti que se siente un individuo, solo y apartado del resto de individuos que habitan el planeta. Sin embargo, ¿Qué pasa cuando uno se siente individual, único y solo en el mundo? Sencillo, que para llenar ese vacío, esa sensación de falta de pertenencia a un todo que le de calor y cobijo, ha de hacerse diferente, destacar, hacerse notar y sobrevivir, «Si no soy su igual, seré mejor que ellos, y me amarán por eso», y entonces esa falsa identidad se siente algo fortalecida bajo la idea de que todo el mundo la querrá gracias a ser superior. Ha de dejar claro lo que es suyo, lo que le pertenece y los otros individuos no pueden tocar para llegar a donde quiere o, directamente, sobrevivir. ¿Qué sensaciones os da esto? A mí me inspira algo de angustia, algo de urgencia en mayor o menor medida. ¿No os parece el perfil de cualquier conflicto humano, de cualquier guerra? «Esto es mío, ¡no lo toques!», «Yo tengo razón, mi Dios es el verdadero, el tuyo es basura» ó «Me siento un desgraciado porque nunca llegaré a ser nadie en la vida». Pero… ¿Quién habla, la verdadera esencia o el ego?

La conciencia es aquello que surge cuando se nos cae ese velo de los ojos y comprobamos que no somos nuestro ego, cuando nos caemos del burro para darnos cuenta de que jamás llegaremos a ser tan superiores a los demás como para llenar el vacío en nuestro interior que nos produce la creencia de que somos individuales. ¿Por qué las grandes personalidades mundiales sufren también de depresión? ¿A caso no eran Michael Jackson, Kurt Cobain o Amy Winehouse privilegiados de la vida? Al nivel del ego es posible: reconocidos, talentosos, adinerados, influyentes… Pero hay una naturaleza que no llenan el dinero ni la fama: la necesidad de amor, de unidad, de sentir que no estamos perdidos en medio de un caótico mundo que puede hacernos sufrir en cualquier momento. Ese es el dolor que nos produce el hecho de nos ser conscientes, pero…

¿DE QUÉ HEMOS DE SER CONSCIENTES?

De la UNIDAD, del AMOR. Del hecho de que todos somos lo mismo, fragmentos del mismo universo, células del mismo organismo que necesitan trabajar en concordancia y paz para que el individuo que habitan no enferme, en este caso nuestro planeta -y como es obvio, estamos enfermándolo a paso veloz. Conscientes de que aceptar que somos iguales significa renunciar a esa idea de que somos más especiales que el de al lado, pero que también significa calmar aquellos vacíos ansiosos que esa misma idea provocó, al hacer que nunca nos sintamos lo suficientemente buenos para sentir plenitud absoluta ni ser amados, que siempre haya más que podríamos alcanzar, nunca siendo lo suficientemente buenos. Es la conciencia de que todos somos el Universo: desde esa hormiga hasta el elefante, desde la persona más exitosa hasta la más necesitada.

Y, una vez que somos conscientes de que todos somos lo mismo y de que no necesitamos ser nada más en esta vida, ¿Qué nos queda? ¿Qué nos mueve a prosperar?

Tal y como una semillita es enterrada y acaba buscando de forma natural la luz, el crecer hacia el cielo sin necesidad de ambiciones ni egos, los seres humanos tenemos la misma tendencia; esto es lo que llamamos estar vivos. Lo que pasa es que hace tantos milenios que la mayoría de nosotros no funcionamos sin ego ni ambición que se nos ha olvidado y nos cuesta creer que sea posible.

Cuando yo tuve aquella experiencia de sufrimiento psicológico intenso y empecé a despertar en la conciencia, no morí a la vez que moría mi ego, no morí a la vez que me daba cuenta de que no soy él. Y entonces pude tener una visión más clara de quién soy yo, de qué me mueve realmente. Para mí, por ejemplo, el mundo del espectáculo estaba cargado de mi propio ego, cargado de todas aquellas cosas que yo quería ser, en que me quería convertir para sentirme alguien… y eso acabó produciéndome un dolor y un malestar enormes (Quiero aclarar que el mundo de la interpretación y el espectáculo pueden ser tan conscientes y puros como cualquier otro mundo, pero esta es mi vivencia personal). Cuando cayó mi ego, cayeron con él muchas farsas y empecé a conocerme de cero. Por ejemplo, descubrí que lo que me hace sentir plena por dentro es trabajar, vivir y cooperar con los demás, de igual a igual, ayudándonos mutuamente. Ahora tengo muchísimas metas, pero dentro de esas metas no está la de destacar por encima del resto de la humanidad para que mi existencia en este mundo haya valido la pena. Más bien está encaminada a propagar paz, aprender a vivir en harmonía y enseñar a vivir en harmonía. Mejorar el mundo, por supuesto, pero desde la humildad, desde el amor del verdadero, del altruista y cooperativo.

Así que la respuesta es NO, cuando perdemos el ego no significa que vayamos a dejar de tener sueños. Pero sí que es cierto que probablemente tus sueños serán distintos a cuando lo tenías. Y, sin duda, te aportarán más paz y sosiego, te permitirán vivir el presente.

Así que creo que este pequeño artículo que acabo de escribir es una buena descripción del aspecto que tienen las puertas de la conciencia, con su pérdida de ego y consecuente serenidad y calma. Calma de saber que no hay nada más que necesites ser, que ya lo eres todoy desde esa consciencia, serás libre para convertirte en cualquier cosa, de jugar al juego de la forma, en que la propuesta es llegar a realizar tus sueños, siempre tratando de no perder la paz interior y cooperando y amando con los demás tanto como puedas, porque es lo que de verdad nos hace sentir vivos por dentro. ¿No suena a gloria?

Os quiero  Una vez más espero que haberos dado este trocito de mí sirva para acercaros más a aquello que queréis ser, lo que os llene el alma y os haga vibrar en vuestro momento presente. OS MANDO MUCHO AMOR Y MILLONES DE BESIS DE FRESI,

Ani 🌸

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

(Come Reza Ama) Cuando recibimos señales, personas que nos guían en el camino 🌼.

Yo estaba a puntito de ir a ducharme, os lo juro. Pero justo después de mirar el papel de mi nueva dieta y prepararme el almuerzo -porque ayer acudí a una profesional para ayudarme a organizar mejor mi alimentación y probablemente os hablaré de ello pronto- he decidido sentarme «diez minutitos» a leer.

El otro día, como en una llamada de las de dentro del corazón, salí de mi casa vestida de pordiosera para ir a buscar un libro, El libro: Come, Reza Ama. ¿Por qué? Muy sencillo. Supongo que soy de ese tipo de personas que se dejan tanto llevar por los acontecimientos de la vida y se mimetizan tanto con ellos que de vez en cuando he de fortalecer la conexión profunda conmigo misma. Y no hay un libro mejor que este, porque cada vez que leo una de sus páginas es como si el Universo me estuviese mandando un fax con todas aquellas cosas que he de contemplar de mí misma. No sé si Liz Gilbert y yo estamos conectadas a un nivel profundo -como dice la mecánica cuántica que hacen las partículas de la materia, que están comunicadas aunque estén separadas entre sí-, pero desde luego es increíble cómo el paso por el mundo de otras personas puede alumbrar el paso por el mundo de una misma.

La cosa es que esto me ha hecho pensar en cuando empezamos a recibir señales, mensajes súper oportunos y necesarios para el momento que estamos viviendo. Me ha hecho pensar en que, cuando una abre los sentidos en busca de las respuestas adecuadas, esas respuestas llegan, porque, al contrario de lo que estamos acostumbrados  a escuchar y leer en nuestra cultura/religión occidental, creo firmemente que la rueda de la vida está diseñada para que, con la predisposición adecuada, encontremos los mensajes y elementos necesarios para evolucionar más allá del cuerpo, para crecer en espíritu y conexión con la vida; sólo necesitamos esa predisposición.

Antes de ayer por la noche, mientras me dirigía con el corazón frenético hacia lo que consideraba que era tomar una decisión justa, me encontré con mi amigo Bastida. En ese mismo momento confirmé que tengo un ángel de la guarda con pelo afro. Aparece siempre y por absoluta casualidad en todos aquellos momentos en que me está doliendo el corazón por motivos concretos. Y es increíble. ¿Por qué cuento esto? Porque es para mí una especie de señal -y llamadme pirada tanto como os apetezca, porque estoy acostumbradísima- el hecho de que nos encontrásemos andando por la Gran Vía, yendo cada uno a un sitio, y siendo casi los únicos que pasaban por allí. Y entonces se me calmaron los nervios. Alucinante.

Por otra parte, leer el libro me ha recordado a hace un año, en aquel momento en que, en medio del caos más absoluto, tomé una decisión que meses antes ya había tenido algo latente: llegué a la ventanilla del gimnasio y me apunté a las clases de yoga más meditativas que había: el Kundalini; mucha gente huye del Kundalini.

(El Kundalini Yoga es un yoga profundamente meditativo, cuya intención es despertar la energía kundalini, que para los yoguis se sitúa dentro de la pelvis, en el cuerpo energético. Aunque os parezca un rollo en plan dogma de fe no lo es en absoluto; de hecho, la ciencia está cada vez más interesada en el cuerpo energético y empezamos a comprender todos que somos algo más allá de una estructura meramente física. Pero de esto hablaremos en otro momento).

La cosa es que llegué allí, como llevada por… ¿qué? ¿Qué me llevó a tomar una decisión tan acertada? ¿Qué nos lleva a tomar decisiones tan acertadas, de las que nos salvan de lo que podría ser un gran desastre? No sé, llamadlo ángeles, destino, Universo, Dios, inspiración… Whatever. Pero ahí está, algo hay, ¿no? Podría mencionar muchísimas pequeñas casualidades, golpes de suerte, puntos de luz en mi camino, personas que han actuado como todo esto, llegando en un momento concreto a ayudarme a ver que es otra cosa lo que debía hacer, otra cosa lo que merecía, algo diferente lo que me haría bien pensar.

Sin embargo, quiero acabar preguntándome si he funcionado yo como «faro» para alguien. La gente normalmente no dice cuándo les inspiras, eso es cierto (Y lo digo en tercera persona porque yo sí lo hago, soy una friki). Me pregunto si he sido esa mano que guía en el momento correcto a la persona correcta, e incluso si he abierto un mundo nuevo a nadie.

Una vez una chica de mi antiguo cole me dijo que, después de que les diese una especie de charla -totalmente espontánea y sin preparar- sobre las opciones alternativas de futuro, acabó decidiendo estudiar interpretación al terminar la ESO. Y no es por nada, pero eso es lo que creo que venimos a hacer el mundo: Buscar con fuerza y pasión nuestro propio destino, la mejor versión de él -nuestro dharma-, e inspirar con ello a quienes están en busca del suyo, creando así una cadena de amor, ayuda y colaboración que nos ayuda a subsistir e incluso nos hace evolucionar como seres más especiales en la historia de nuestro mundo. Imaginad a dónde podríamos llegar si todos nos propusiésemos encontrarnos a nosotros mismos y ayudar a que otros se encontrasen. Guau, igual acabamos evolucionando y volamos o algo así.

No sé, la cuestión es que cuando uno está abierto a que todo salga bien y a que el mundo le indique el camino que seguir, acabamos encontrando señales, pequeñas indicaciones. Sólo necesitamos saber que estamos predispuestos totalmente a ser guiados. Y por supuesto, por mucho que se nos inspire, o mueves el culo para cambiar la situación en la que estás o ya puedes decir adiós a las etapas mejores y a los avances personales.

Así que esto es lo que os traigo. Probablemente se avecinan un montón de entradas bastante seguidas. Sabéis que yo soy muy orgánica y, aunque aspiro a conseguir escribir con más regularidad y sin interrupciones, muchas veces me limito simplemente a vivir, porque escribir por obligación sin sentirme inspirada sería como haceros entradas envasadas al vacío y venderlas en un supermercado… No es mi estilo.

Me gusta que haya verdad, emociones y conexión, que lo que os cuente esté VIVO.

Os mando un abrazo grande, enorme, gigante, y os recomiendo que vayáis corriendo a las personas que os inspiran u os han inspirado y les contéis la suerte que ha sido coincidir con ellos en esta vida. Y que prestéis atención a esos golpecitos de suerte y mensajes que caen del cielo para iluminar la oscuridad, que aparecen más constantemente de lo que en ocasiones podemos ver ✨🌟.

Millones de besis de fresi, amores bonitos 🌍🍓

 

ANAIS + SILA_030
Mi mayor ángel.

 

 

Declarado un nuevo REVIVAL 🦋

Entro de nuevo en esa etapa que empieza con dolor, en la cual empiezo a encontrar mensajes por donde sea que miro, que me inspiran a la resiliencia, que me susurran cosas al oído que en ese momento necesito saber para evolucionar.

Entro en esa etapa que empieza como una gran pérdida pero es sólo el escalón hacia la siguiente victoria, la siguiente lección, el siguiente trampolín, que me hará mejor y más sabia.

Entro en una etapa en que miro hacia dentro y, por más que haya muchas cosas que me asusten, me remango y no pienso rendirme.

Entro en una etapa en que no sé qué habrá de nuevo en mí conforme la vaya viviendo, porque, como bien dice aquella frase, «Si me conoces por lo que era hace un año ya no me conoces en absoluto».

Entro en una etapa en qu,e sin moverme del sitio en que estoy, viajo muy lejos dentro de mí misma, tanto que llego a donde nunca creí que llegaría, y agrando cada vez más la sensación de hogar.

Entro en una etapa en que me propongo ser más mi amiga, más comprensiva, más dulce. Esta vez no sólo voy a entender y abrazar los errores y las dificultades de los demás; esta vez voy a coger los míos y me voy a cuidar como es que bien merezco, con todas y cada una de las cosas que hacen de mí alguien imperfecto. Esta vez mi compasión me va a incluir.

En este momento nuevo de mi vida -como todos y cada uno de los días que pasan- me propongo eliminar la culpa y sentirme satisfecha sólo con cumplir con mi responsabilidad; decido que bajo cualquier circunstancia voy a recordar que no tengo derecho a juzgarme con tanta dureza, porque soy tan humana como todas las personas a las que consuelo; ahora mismo me propongo seguir mi tatuaje a rajatabla y vivir el momento presente; desde este mismo instante decido utilizar todo para crecer, cada piedra de mis ruinas para construir algo nuevo y más bonito, con más alma. Desde este momento me perdono, me agradezco el valor y abrazo todas y cada una de las pequeñas heridas que encuentre en mí.

Por el yin, el yang, y por una vida sin violencia autoinfligida, ni más no-aceptación. Para vivir bajo la filosofía del amor has de incluirte a ti mismo.

Os mando un abrazo grande, muy grande. Ojalá esto sirva para inspiraros tal y como me acaba de servir a mí. Agrandad vuestro corazón y no olvidéis incluiros.

ANAIS + SILA_051

Fluir con el ritmo del Universo.

Hoy os traigo un montonazo de inspiración y un tema que suena a hippie drogada que te cagas, pero me encanta. Y tiene gracia estar tan inspirada cuando tengo la nariz completa y absolutamente tapada.

Últimamente vivo conectada a mi filosofía, puedo seguir y sentir mi ritmo interior sin que me cueste demasiado esfuerzo. Y me preguntaréis «¿Pero no es eso lo lógico, seguir el propio ritmo?» Y yo os responderé: Sí, es lo lógico y lo mejor, pero dependiendo del momento y la circunstancia en que uno está siente más facilidad o menos para actuar como verdaderamente quiere. Por ejemplo, me gusta mantener un nivel de estrés bajo y un nivel de concentración bien alto; sin embargo, en la semana en que tuve exámenes me fue muy pero que muy difícil. Pues a eso me refiero, a que, con todo y teniendo en cuenta que nada es perfecto, empiezo a sentir el gustito de dejarme llevar por el presente, ya sea más o menos positivo. Y por eso me siento guay para hablaros de este tema: Fluir con el ritmo del Universo.

¿Qué es esta rayada? Pues bien, es cuando uno encuentra un equilibrio interior que le permite no descentrarse excesivamente con los desequilibrios exteriores. Por supuesto somos seres sintientes -especialmente yo, que soy un hipersensible de la leche- pero eso no significa que no podamos experimentar los estados de enfado, alegría, tristeza, tranquilidad… sin que nos abrumen completamente. Podemos seguir el consejo de Rumi y convertirnos en una casa de huéspedes, en la que vemos llegar las emociones, las identificamos, les damos un lugar seguro y simplemente las albergamos hasta que se marchan. Cuando procedemos con esa naturalidad lo más sorprendente es que se convierten en mucho más ligeras; cuando nos negamos a sentir lo que necesitamos sentir, comienza una lucha interna en la que hasta las funciones biológicas naturales del cuerpo acaban afectadas, y nos encontramos con dolores de estómago, de cabeza, contracturas importantes…

Entonces esa es la idea, el hecho de mirar la realidad con curiosidad. Cuando uno mira algo con curiosidad no está ocupado juzgando y etiquetando como bueno, malo o peor -y por tanto afectando su estado de ánimo profundamente-, sino que mantiene la atención y observa. Es una sensación increíble poder hacer eso, y más cuando no todo va precisamente bien. Es bonito porque da paz.

Es en realidad muy simple cuando llega. Te das cuenta de que es muy orgánico, mucho más que la intensidad que solemos sentir cuando en vez de acordarnos de observar nos dejamos llevar completamente. ¿Sabíais que si uno se sitúa en medio de un huracán -es decir, en el ojo- no siente el increíble caos que se siente cuando está en las paredes? Con este ejemplo la naturaleza nos sirve de inspiración para vivir, ¡como siempre!. «Sitúate en medio», nos dice, «encuentra el centro y desde él llegarás a sentir paz, independientemente de la magnitud del ciclón que haya a tu alrededor». La posición más orgánica para el ser humano es esa. Sin embargo, los nervios, la ansiedad, el miedo y la falta de aceptación acaban saboteando el bienestar que podemos sentir con sólo dejar que lo que está pasando sea como es, mandándonos un mensaje que dice algo como «Venga, si coges mucha carrerilla y vas hacia la pared del ciclón puede que la atravesemos y tendremos más comodidad, más felicidad, más, más, más… de todo» Ay, la ambición de más, cuánto daño puede hacer. Y de esta forma acabamos haciéndole caso, cogemos carrerilla y una vez llegamos al punto exacto, nos vamos por los aires, arrastrados, golpeados y acabamos, en el mejor de los casos, con unas cuantas heridas que curar. ¿Veis por qué duele tanto la no-aceptación?

a81b864f398c87ee245d24ad493183ce--trueno-tornado-tattoo.jpg

Sin embargo, FLUIR no significa aguantar cualquier calamidad. Es más, fluir significa que si estás en una situación que te está haciendo daño -como cualquier relación de amistad o pareja, un trabajo, una propia forma de actuar…- hacía donde debes fluir es hacia el cambio, te lo está indicando la vida. Con esto me refiero a que muchas veces decidimos negarnos a soltar cuando es la opción más sana, lo más obvio, por miedo a perder, por miedo a tener que ser valientes y esforzarnos en volver a empezar. Con razón dice la Oración de la Serenidad: «Dios, Concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, El valor para cambiar las cosas que puedo cambiar y la sabiduría para conocer la diferencia». A veces necesitamos todo un proceso de maduración para romper con aquello que nos está dañando. Y es que cambiar suele conllevar aceptar que las ideas, las expectativas y la identidad que uno se había creado con esa cosa o situación concreta -parte del ego- han de destruirse gentilmente. Pero hay que encontrar el valor para dar un paso adelante e ir en pos de la vida sana, la vida tranquila, la vida en sí.

Eso es lo que significa «Fluir con el ritmo del universo»: aceptar que a veces habrá un clima veraniego en nuestras vidas, otras veces primaveral, pero que también llegarán lluvias, grandes sacudidas, vientos fuertes. Y hay que saber reconocerlos todos como parte del ciclo natural y vivirlos cada uno con la mayor curiosidad y atención posible. No olvidéis que todo pasa, lo bueno y lo malo. Y recordad que el único momento que hay es AQUÍ AHORA, tal y como sea, y desear otra cosa duele una barbaridad, más que cualquier presente complicado.

Y lo último y más importante, la parte de tomar conciencia:

¿Qué estás haciendo con tu presente? ¿Estás tratando de correr hacia las paredes del huracán y acabando hecho polvo, o estás aceptando, quedándote en el apacible ojo y respirando el momento presente? Nunca es tarde para decidir dejar de hacerse daño a uno mismo y buscar la posición más sana. Y sobre todo, los huracanes, tal como se forman, poco a poco se deshacen, y dan paso a otro clima, pero para no sentir que son eternos hay que adoptar la actitud adecuada.

Así que nada que no sepáis: ¡Os quiero aunque ni siquiera nos conozcamos! Por el simple hecho de que sé que todos pasamos por lo mismo, todos sufrimos, y eso acaba siendo precioso, porque la parte menos fácil de la vida es la que más une y fortalece a las personas. Hoy estoy MUUUUY PROFUNDA.

Os mando un millón de besis de fresi y os invito a que fluyamos todos con la vida, como las tortugas de la peli de Nemo 💞. ¡Abrazo enorme! Nos vemos en la próxima entrada, y en mi Instagram @ani_scott.

479711207.jpg